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Claves para el futuro de la profesión de abogado en Chile

En Estrado

Ariel Wolfenson.

En mi calidad de socio principal y director de la firma Wolfenson Abogados, durante los últimos años he podido apreciar que, la profesión del abogado de hoy es muy diferente a la practicada en las últimas décadas.


Es efecto, no solo las expectativas de los clientes son cada vez mayores sino que, dicho factor se combina con la creciente instantaneidad del mundo moderno, los cuales, sumado a la alta litigiosidad por la entrada de nuevos actores al mercado (pequeñas y medianas empresas emergentes) generan frecuentemente una sobrecarga en el trabajo cotidiano de los Tribunales de Justicia y por tanto en el tiempo que pudiese extenderse un litigio judicial.


En la actualidad, salvo excepciones, la calidad no es observada por los clientes en los estándares históricos clásicos, como podría ser el prestigio del abogado, el desarrollo adecuado de la teoría del caso o la finura del lenguaje jurídico utilizado, sino más bien, en la posibilidad de que el juicio sea cada vez más rápido, económico y su resultado sea más o menos exitoso según sus vagas expectativas. Es decir, se ha vuelto un cálculo puramente matemático.


Sin embargo, dichas ideas chocan con la pared de la realidad, donde los organismos jurisdiccionales que concentran la mayor parte de los procedimientos judiciales en Chile, como lo son los Juzgados Civiles y los Juzgados de Policía Local, se encuentran congelados en el tiempo y en el espacio. Como lo diré a continuación.


Pese a que, el primero de ellos – los juzgados civiles- sí integran la red de tribunales digitalizados de nuestro país (portal de tramitación electrónica), todavía están anclados a un procedimiento donde predomina la lentitud y dilación, y cuya reforma lleva décadas adormecida en los pasillos del congreso. No habiendo -lamentablemente- señales de un cambio en el inmediato o mediano futuro.


Asimismo, el segundo -juzgados de policía local- pese a obedecer a un procedimiento de mayor agilidad que los detallados en el párrafo precedente, su tramitación a papel produce irremediablemente el mismo efecto de encarecer, burocratizar y enlentecer los procedimientos que se someten a su conocimiento.


Considerando lo anterior, y advirtiendo que, dichos elementos escapan de la judicatura y se elevan a un plano legislativo, y a que, no solo nuestro país sino que gran parte de América latina sufre un fenómeno similar es que, me atrevería a exponer el que, a mi juicio, es el elemento más importante para el abogado del mañana.


Y como es claro que, para el buen entendedor no hace falta sino pocas palabras. Lo resumiremos en lo siguiente: negociación extrajudicial.


Puesto que, antes de persuadir a un Tribunal es propicio hacerlo con quien realmente tiene en sus manos el poder de la decisión. Ahí radica, en mi opinión, el verdadero talento y habilidad del abogado. De esta forma, quizás podamos estar a la altura de las demandas y desafíos que, renueven los trajes del ayer, para plantarnos ante los clientes del hoy.



Puede leer la columna directamente en el siguiente enlace:


https://enestrado.com/claves-para-el-futuro-de-la-profesion-de-abogado-en-chile-por-ariel-wolfenson/



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